Influencias

domingo, 1 de mayo de 2005

THE GUNNERS DREAM (PINK FLOYD)

Maggie terminó conmigo hace tres meses, en Febrero. Me pidió que fueramos amigos. Lo hizo por cortesía, sé que en realidad volvió con un compañero de su escuela, un mastodonte de dos metros. Al mes siguiente me alisté en el ejército. No es fácil ser hombre en tiempos de guerra. El día de mi reclutamiento mi madre me abrazó y regaló una biblia de bolsillo, "para que no olvidara que existe un Dios en medio del desastre". Mi padre puso una botella de aguardiente en mi mando derecha mientras me daba unas palmadas en la espalda. "Para no pensar", fue lo último que me dijo antes de morir.

Le escribí unas cuantas cartas a la luz de una linterna que usa dos baterías "doble A"; a las tres de la mañana, cuando no se puede dormir por el ruido que emiten los aviones de las tropas enemigas. No obtuve respuesta. Una vez logré llamarla por teléfono, pero los dos contestábamos monosílabos.

Cuando la conocí yo solía ser un quinceañero sentimentaloide y lo seguí siendo hasta que llegué aquí. Es increíble lo que una guerra puede endurecer a un hombre. Es increíble como convierte a niños en hombres, a veces antes de tiempo. Ya nada me conmueve. Nada. Desde que mi mejor amigo murió reventado por una bomba caída del cielo, a menos de 3 metros de la trinchera donde yo estaba escondido, pero Richard era un terco. Voló en pedazos.

Mi casco quedó lleno de sangre y viceras. No hubo tiempo de llorar, ni de rescatar alguno de sus restos. Debíamos ocultarnos de los aviones si no queríamos correr la misma suerte. Lo único que queda de mi mejor amigo es su sangre en mi uniforme. Esto sucedió hace tres meses.

A veces pienso que no vale la pena resistirse. Al final todos moriremos. Nuestro país ni siquiera estaba en peligro. Pero estos políticos de mierda todo lo solucionan mandando a idiotas como nosotros a hacer el trabajo sucio. Maldita soberanía. Mis enemigos en realidad no lo son. Son tipos de barriadas que tienen que defender a su país, igual que nosotros.

He visto a muchos de mis compañeros perder brazos y piernas, perder un ojo. si sobreviven...qué les darán, nadie les dará trabajo. Tendrán que salir a pedir a las calles. Y todo para qué??? Todo esto es por un poco de petróleo.

Hace un tiempo se viene rumoreando que el fin de la guerra está cerca. Mis compañeros podrán volver a casa, con sus esposas y sus lindos hijos. El cielo está muy despejado para mi gusto, pero estoy tan acostumbrado a la sugestión, a estar al filo de la muerte que todavía puedo sentir el sonido de los tanques en mi cerebro. Toda esta porquería de guerra no tiene ningún sentido.
Maggie está en casa creyendo que es feliz con un idiota que se acuesta con todas las putas que puede encontrar en un burdel (realmente yo amaba a esa mujer).

Yo camino por el sol del desierto, siguiendo a los pocos que sobrevivímos. Desde que supe de la muerte de mis padres, lo único que poseo es mi condenado uniforme sin condecoraciones, una metralleta que todos los dias de mi vida me hará recordar las vidas que arrebaté (y las familias que destruí) y la amarga sensación de que yo debí tomar el lugar de mi amigo Richard.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Su comentario es mi sueldo.