Influencias

miércoles, 25 de mayo de 2005

ESCAPE

Despierto en la plaza, boca abajo, con los audífonos puestos, los perros me huelen. Estoy mojada, pero no me importa. No estoy despierta totalmente. Siento que mi cuerpo se funde entre el pasto y la música. Ya no puedo distinguir la diferencia entre mi cuerpo y lo demás. Me fuí de la casa.

Robé un auto y pasé la noche aquí en el centro. Me levanto y me subo al auto. Siempre me pillan los semáforos en rojo, eso me pone idiota, se pierde más tiempo tratando de salir de Santiago que en el mismo trayecto. Quiero irme lejos de todo y de todos. Lejos de Recoleta, del 20 de Gn Avda., lejos del colegio, de La Florida, lejos de Puente Alto, de Lo Espejo, lejos del Sta Lucía,lejos de todos los recuerdos que me torturan. Mi familia me quiere, pero no saben como ayudarme, nada pueden hacer por mí. Ya no necesito a nadie. Mi corazón está bloqueado, no se a quien quiero, ni siquiera sé si quiero a alguien de verdad. Pienso que de la misma forma que yo quise, algun día me van a querer a mi también. .

Tomo la autopista, ya no es la misma de antes, yo tampoco. No es la carretera que yo recordaba. La extraño. Ahora que cambió ya no tengo recuerdos de mi infancia. Pero no es culpa del camino. Lo olvidé todo mucho antes. No puedo recordar episodios de mi niñez. Ví fotografías para ver si me acordaba de algo, pero para mí era solo papel.

Parezco una maquina programada para recordar solo los momentos malos, de mi infancia solo escucho gritos y recriminaciones. De mi adolescencia, también, pero también recuerdo las desilusiones, las lagrimas mezcladas con risa, las ganas de desaparecer, las borracheras, las peleas con mi vieja. No creo en la felicidad, si realmente existiera la gente no perdería el tiempo buscándola. No saben que si la encuentran no la tendrán para siempre (No creen que soy demasiado joven aún para haberlo descubierto???). Supongo que también he sido feliz, pero no lo recuerdo, me esfuerzo, pero solo salen lágrimas. Ya lo tengo decidido: nunca volveré.


Me dirijo al sur, quiero llegar al estrecho de magallanes. No hay más paisaje que la nieve y el mar. Me puedo tomar un whisky tranquila, para abrazarme por dentro y sentir algo de calidez. Prefiero pensar que no tengo pasado, que no tengo recuerdos, ni siquiera presente. Como la nieve, siempre del mismo color, el mismo frío. Prefiero pensar que soy un ser imaginario en la mente de alguien, que puede cambiar esta pesadilla a su antojo y despertar cuando quiera, aunque nunca lo hace. A cada kilómetro pierdo la esperanza. Irónico, porque estoy cada vez más cerca de mi destino. Me gustaría morir en el intento, morir en el mar. Cumplir lo que siempre quise: Desaparecer.


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