Influencias

miércoles, 15 de junio de 2005

METRO (EASE YOUR FEET IN THE SEA - BELLE & SEBASTIAN.MP3)


powered by ODEO



Todas las mañanas ando por la misma linea, la de la franja verde. Tengo más de 100 cd's, pero a la hora de escoger uno para recorrer la linea 5, mis dedos siempre se tropiezan con el mismo: "The boy with the araba strap" de Belle & Sebastian. Algo tiene que siempre dan ganas de escucharlo en la mañana y la forma cronométrica en que la canción del mismo nombre termina justo cuando se abren las puertas del tren en la estación Baquedano. Es genial cuando se me agotan las pilas de vuelta pero en mi cabeza sigue sonando la frase "Ease your feet out in the sea my darling, is a place to be..." junto con sus violines. En la tarde, cuando vuelvo a casa en el vagón continuo a la cabina del chofer y los rieles se ven como si estuviera en una montaña rusa, pero lenta.

Los días de lluvia me gusta ir a la Estación Central a mirar como llegan y parten los trenes, me gusta sentir como retumba el andén. Me gustan los ferrocarriles, me gusta sentir que estoy en otra época, me gusta el pavimento antiguo del centro, ese que parece como de ladrillos pero de piedra.

No sé por qué tomar la linea 1 hasta la estación San Pablo me sube el ánimo. Creo que es porque desde la estación pajaritos la linea es al aire libre y se ven los talleres dond arreglan los trenes y da la impresión de ir en un ferrocarril antiguo, incluso más antiguo que el tren de mundo mágico.

"My thought are faaaar away..." Soy una persona demasiado divergente y los trenes me relajan, me gusta mirar el paisaje, me concentran. Son clásicos. Hay dos cosas que una persona debe hacer en su vida: Viajar en tren y viajar en barco. Más que viajar en avión, siempre me ha gustado la idea de ir a Europa por el "camino viejo", el que se usaba antes de que construyeran el canal de Panamá. Cuando las embarcaciones tenían que cruzar el estrecho de magallanes para llegar al Océano Atlántico y ver la nieve desde la cubierta. En ese tiempo mucha gente moría por el frío.

Apoyo mis manos en la puerta, a pesar que está lleno de advertencias para que no lo haga, me gusta no afirmarme y hacer equilibrio aunque la gente me mire raro. Así es mi viaje por Europa, de pronto se siente la voz de una mujer "Estación terminal, se recuerda a todos los pasajeros que deben descender del tren", hora de volver al mundo real.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Su comentario es mi sueldo.