Influencias

miércoles, 23 de noviembre de 2005

ORGASMO MUSICAL Nº3: 22 de Noviembre PEARL JAM EN CHILE

Hace dos años solía pensar: "¿Pearl Jam, en Chile? Naaa...!" Y aquí estoy, en la galera del San Carlos de Apoquindo, después de un viaje en metro y dos paseos en micro por unas "ranchitas" que estaban a punto de caerse.

Acúsenme de fanática, pero el martes 22 de noviembre de 2005 es un día histórico. En la cancha la gente grita, aplaude, juega a la pelota; mientras que en la galería se echa la talla. Son casi las 8 de la noche y nos cagamos de frío con el viento pre - cordillerano, y todo para estar a menos de 500 metros de McCready, Gossard, Vedder y Cameron.

De lejos llaman por altavoces al dueño de un Citroen que tiene los vidrios abiertos, a coro se escucha un estruendoso "WEEEEEEOOOOOOOOOOOÓN"

De pronto se encienden las luces y comienzan a sonar las canciones que han marcado mi adolescencia. El público grita y corea. Cuando llega el turno de "Evenflow", la reja que separa la galería de la cancha no resiste más.

Se vive la adrenalina, porque en Chile el grunge no ha muerto. Este concierto es la ocasión perfecta para cerrar el que tal vez sea el mejor año de mi vida. De ahora en adelante puedo decir: "Pearl Jam tocó en Chile, y yo estuve ahí".

sábado, 12 de noviembre de 2005

Continuación de Anna (I'll take you on - Howie Day.mp3)

Dos días después Anna decidió levantarse, a pesar de que tenía que guardar reposo. Se bañó y se vistió como pudo.

Cuando bajó al bar encontró un mundo que jamás imaginó en su cuna de oro. Había mucho ruido, ancianos jugando póker, mujeres de grandes proporciones sirviendo mucha cerveza; mientras los borrachos competían entre ellos para ver quien bebía más.

En la última mesa, donde casi nadie podía ver, Julien escribía su libro al lado de una lámpara de aceite, bebiendo vino. Vivía en el bosque y era muy parecido a Aragorn.

Anna lo miró y una mujer de mejillas coloradas le dijo al oído que no se acercara a Julien, porque jamás toma en serio a una mujer, para él todas son una aventura y muchas son un trofeo. Anna aún pensaba en Jacques, aunque no quería ereconocerlo.


(sha, a la noche escribo más, ahora tengo que salir)

domingo, 6 de noviembre de 2005

Anna se escapa...

De las cosas personales que aún quedaban de su padre rescató el uniforme de mosquetero y la espada. Con esta última se deshace de su mayor atributo femenino: sus largos, oscuros y abundantes rizos.

Así emprendió camino hacia la ciudad luz, con el viento de octubre como único acompañante. Anna tenía 17 años.

Cuando llegó a París, todo era nuevo y extraño en la periferia. Estuvo recoriendo sus calles unas cuantas horas, hasta que divisó un grupo que molestaba a un muchacho de su edad. Parecía más bien indefenso, a Anna aquello le pareció gracioso.

Saltó de su caballo y se deslizó hacia donde es estaba el grupo, desenvainando la espada. Sin embargo, al caer de su caballo no tomó en cuenta que podía chocar con un árbol que estaba a la salida de la taberna. Despertó 3 hores después, tendida en una cama con compresas por el impacto de su cabeza con el árbol.

Anna despertó entre las risas de algunas mujeres, borrachos, ancianos y niños. Definitivamente se encontraba en lo que sería su nuevo hogar.



(Me van a perdonar, pero no voy a escribir en el blog esta semana, ya que estoy tapada de pruebas).