Influencias

viernes, 30 de marzo de 2007

EMPELOTANTEMENTE EMPELOTANTE

  • ¿EXISTE ALGO MÁS EMPELOTANTE QUE ABRIR HOTMAIL Y ENCONTRAR PUROS CORREOS QUE DIGAN "FULANO HAS TAGGED YOU!"?

¿Se supone que me tengo que emocionar por eso?

  • ¿CUANDO LA GENTE POR SALUDAR DICE "OLI"?
Está bien que les guste Casado con Hijos, pero ¿de ahí a hablar como la Titi? Corten su webeo...

  • QUE EN EL FOTOLOG TE DIGAN "OYE, SUBE FOTOS TUUUUUUUYAS POOOOO"
¿No les basta con las otras chorrocientas fotos que me saqué frente al espejo? Mi fisonomía no cambia mucho de una semana a otra, con dos fotos mías al mes, yo creo que basta y sobra...

  • Estar cuatro horas metida en un consejo de presidentes escuchando las "PROPUESTAS" de la Ultra...
Pa que hablar de escuchar cada quince minutos como los comunistas se quieren pitear a la Federación, me llego a marear...

  • NADA MÁS EMPELOTANTE QUE UN HOMBRE CON ACTITUDES DE DIVO...
  • CUANDO LA GENTE SE CONECTA AL MSN Y NO CONTESTA
Por último digan que se conectaron pa ver si estaba el mino o la mina que les gusta, o que están haciendo otra cosa, no se po... No me dejen con esa incertidumbre en el corazón. AAAAAAAAAAAHHHHH...

  • ESCUCHAR A UNA MANGA DE PENDEJOS EXALTADOS, POCO MENOS QUE AMENAZANDO CON HUELGA DE HAMBRE PA ECHAR AL RECTOR. O SEA, NO PODEMOS ECHAR A LA MARTIRIO Y VAMOS A MANDAR A LA CRESTA A ZOLEZZI.
Osvaldo Puccio, Francisco Vidal y José Miguel Inzulza son una alpargata al lado de estos negociadores políticos po wn... Si lo más sensato es pedir la cabeza de Avendaño pa quitarle un piso a Zolezzi, pero altiro quieren ir al pez gordo... andan claritos.

  • Citar a un ampliado y que lleguen 3 personas... de 15.
(SIN COMENTARIOS)

  • Fondo ¿SOLIDARIO? ¡¡¡LAS PELOTAS QUE NO TENGO!!!

lunes, 26 de marzo de 2007

AEROPUERTO 2007 (STRAIGHT LINES - SILVERCHAIR.MP3)

Llegué al aeropuerto tres horas antes de la hora que aparece en mi boleto electrónico. Terminé el trámite en Policía Internacional y me senté en la sala de espera buscando un milagro con mis ojos cansados por el trasnoche. Una hora después, la niña de - la - voz - gangosa - en - cuatro - idiomas anunciaba que en media hora se iniciaba el abordaje a mi avión.
Me sacaste en cara que te estaba dejando por egoísmo, pero tú no quisiste venir, para tí es cómodo quedarte en Chile, en cambio para mi, esta es la única oportunidad en la vida para irme a Australia. Estaba triste, porque me sentía culpable por eso, igual tenías un poco de razón.
Me tomé un café y leí un diario argentino, fui al baño y me puse a mirar los aviones a través de las paredes de vidrio, en medio de la noche. Comencé a recordar cuando nos conocimos, los seis años que fuimos felices juntos, pero todo acabó el año pasado, cuando empecé a tramitar la visa en la embajada.
"Si apareces de la nada y me pides que no me vaya, porque no puedes vivir sin mi, así como yo no puedo vivir sin ti, entonces me quedo", pensé cuando ya estaba cruzando la línea amarilla que me separa de territorio nacional, sin embargo, tú no estabas.
Entré a la manga con los ojos llenos de lágrimas, no sólo por dejar para siempre mi país y a mi familia, sino también al único hombre que realmente amé. En eso estaba cuando divisé tu ropa oscura en la entrada del avión. "Sin mi no te vas a ninguna parte", dijiste mientras te abrazaba.

sábado, 24 de marzo de 2007

ENCONTRARTE (MATAZ - LUCYBELL.MP3)


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Nadie entendía como al alcalde Gustavo Hasbún, se le ocurrió la idea de sacar el semáforo de Avenida Ecuador, siendo él mismo ex - alumno de Periodismo en la USACH. Todos los profesores decían que era cosa de tiempo hasta que sucediera un accidente.


Esa tarde Magdalena iba atrasada a su clase de redacción. La profesora Martínez la dejaría afuera, y ausente en la lista de asistencia, no consideraba entre sus opciones volver a dar el ramo con la misma profe. Estaba a mitad de calle, pero el taxi no alcanzó a disminuír la velocidad.

Ella murió a eso de las 14:15 horas en el centro de salud, cuando preparaban la ambulancia para llevarla a la posta central. Ese viernes, Magdalena esperaba verlo, tenía el corazón en la boca con la sola idea de encontrárselo en cualquier momento, en cualquier parte, por eso no vio venir el auto.

El año anterior fue candidata a la Federación de Estudiantes. Entre foro y foro conoció a Rodrigo, lo encontraba interesante, pero no se atrevía a ir más allá de decir "hola". Con 35º a la sombra llegó marzo con la carga horaria y la semana cachorra. Ese martes ella atravesaba Ecuador cuando Rodrigo la saludó. Le había crecido el pelo y se dejó la barba, se veía bien.

- Te quedan bien esos lentes...
- Gracias, contestó ella.

Horas más tarde se encontraron en el escenario de "La Reina Isabel cantaba rancheras", en el patio de la EAO. Se miraron por horas, hasta que Rodrigo se acercó a preguntarle por su agenda.

- ¿Vas al paseo a Cartagena?
- Le prometí a una amiga que iba a salir con ella (en realidad le dio verguenza confesar que tenía que tomarse unos exámenes de sangre.
- ¿Vas a lo de Lucybell el viernes?
- Sí, si voy a ir.
- Nos vemos allá entonces, contestó Rodrigo antes que su silueta desapareciera en la oscuridad.

Hasta que el viernes llegó. Magdalena se levantó temprano y se tomó una taza de café mientras revisaba el correo. Se puso su mejor vestido y por primera vez en tres meses, se puso algo de maquillaje. Entró de buen ánimo y con energía a la clase de "Tele" y luego fue al casino. Tenía redacción a las 13:50, estaba atrasada.

Estaba ilusionada, porque ese día existía la remota posibilidad de encontrarse con Rodrigo, no quería "jotearlo", sólo conocerlo un poco más. Iba cruzando la calle cuando pensó "si ayer fue a la playa, a lo mejor no va a ir al estadio a ver a Lucybell", "¿Y si llega tanta gente que no nos llegamos a encontrar?" En ese momento sus ojos se encontraron con los del taxista, pero ya era tarde, desde la sala 811 hasta la 818 sintieron como el conductor impactaba el pequeño cuerpo de Magdalena.

martes, 20 de marzo de 2007

FELIPE ÚLTIMO CAPÍTULO (LLUEVE SOBRE LA CIUDAD - LOS BUNKERS.MP3)



"Mamá, no quiero volver a ver a semejante weón en mi vida". Eso le dije a la Amparo cuando volví a la casa esa noche. Me encerré en mi pieza y me dormí. A medianoche la sentí entrar a mi pieza, me sacó las zapatillas, me tapó, me dio un beso y me revolvió el pelo. No habló más del asunto.

Por varias semanas este señor siguió llamándome por teléfono, pero me aburrí de decirle que no estaba ni ahí con él, así que desconecté la línea telefónica. Varias veces lo vi a la salida del colegio, pero le pedí a mis amigos que nos fuéramos a alguna plaza, para que no se atreviera a hablarme.

Hasta que llegó septiembre y la marcha del 11, donde se recuerda otro año del golpe de Estado y la muerte de Salvador Allende. Yo iba entre los Socialistas y las agrupaciones de familiares de Detenidos Desaparecidos, más atrás iba la Izquierda Cristiana, las Juventudes Comunistas y el Partido Humanista Verde.


Yo ni siquiera estaba con los "anarcos" y los punkys que tiraron la molotov a la ventana del Palacio de La Moneda, eso lo vi después en las noticias. 

El asunto es que los de Fuerzas Especiales empezaron a tirar bombas lacrimógenas dentro del Cementerio General, cerca de la tumba del "Compañero Presidente" y corrí sin dirección, porque tenía los ojos llorosos y no podía ver nada. 

Me tropecé con una  lápida, entonces una "tortuga ninja" me levantó del cuello de la camisa y me metió al furgón de los pacos de una sola patada que me llegó en el muslo. 

Fui a parar a la Prefectura Santiago Norte, donde un paco me tomó los datos, me preguntó que andaba haciendo en la marcha y todas esas preguntas weonas que sólo pueden salir de la boca de un suboficial de Carabineros. 

Estaba en eso, cuando otro cabo gritó "¡Oye, tú!, ¡el pendejo, pa' afuera, no te quiero ver más por aquí weoncito, ¿escuchaste?!"

Lo miré con cara de no entender nada, mientras me devolvía mi mochila. ¡Ándate de aquí, pendejo maricón!, me gritó y me empujó, no me quedó otra que salir. Le pregunté qué onda al oficial a cargo ydijo que habían venido a sacarme. Busqué a mi mamá por todas partes, pero no la encontré.

Era de noche. Caminé por la calle Dávila Baeza para tomar micro en Avenida Independencia, porque el metro ya estaba cerrado, eran como las 12 de la noche. Empezó a llover, cuando vi a un tipo de abrigo y sombrero, no pude verle la cara, pero me miró y se subió a un Audi. 


Inmediatamente supe de quién se trataba. Llegué a la casa y la Amparo estaba histérica llamando por teléfono a todas las comisarías de Santiago, porque vio todo por las noticias. Me abrazó hasta ahogarme, como lo hace siempre y me revisó para verificar que venía entero. 

"Este cabrito me va a  terminar sacando canas verdes" dijo suspirando como de costumbre, mientras ponía mi ropa a secar al lado de la estufa y me mandó a acostar con un vaso de leche. "Duérmete Felipe, porque mañana igual vas al colegio", dijo con la voz de mando que pone cuando está enojada y me apagó la luz.





FIN

sábado, 10 de marzo de 2007

FELIPE (CAST NO SHADOW - OASIS.MP3)


No lo pensé dos veces. En cuanto Amparo salió de la comisaría me tocó bloquear todos mis documentos y aproveché de preguntar por su dirección y  su teléfono. 

El guardia me miró extrañado y le expliqué mi posible parentesco con este niño. "Si lo hubiese criado yo, este cabrito no andaría metido en leseras" fue  el pensamiento que ocupó mi mente todo el camino por la costanera norte.


***
Los fines de semana trabajo en el empaque de un supermercado, me gusta tener mi plata y así no molesto tanto a la Amparo. Ese domingo, cuando llegué en la tarde ella estaba sentada en el sillón y su cara no era precisamente la que pone cuando imita a la Rafaella Carrá.




- Mi amorcito, vaya al almacén de la esquina a comprar pan, por favor.
- Pero mamá, déjame descansar un rato, no tienes ninguna consideración con este obrero que llega cansado de su trabajo y después te llenas la boca hablando de la revolución del proletariado…(Me mira, respira profundo y suspira).
- Bueno hijito, ya que lo pone en esos términos, aproveche y me trae un a cajetilla de cigarros. Acuérdese: Belmont Light de veinte.
- Pero…
- Vaya, mi chanchito lindo y déjese de llorar, si con tu abuela también trabajamos todo el día en la casa (le da un beso y lo abraza).
- Ay, Amparo, me estai ahogando…¿qué te pasa?
- Nada, ¿que me va a pasar?

- No te creo. Tú sólo fumas cuando estás muy preocupada y nerviosa por  algo. Ya po, cuenta... Qué pasó.
- José Ignacio me llamó por teléfono.
- Y José Ignacio es...
- Tu papá llamó por teléfono. Ese día que te fui a buscar a la comisaría él estaba ahí, me vio contigo y nos reconoció. Me dijo que te quiere conocer.
- El hecho de que te haya embarazado no implica necesariamente que sea mi papá, y no estoy ni ahí con conocer a weones... 


(Felipe va a su habitación y se encierra dando un portazo, pone un disco de los Clash a todo volumen. Amparo llama a la puerta).


- Feli, ábreme o echo la puerta abajo… (Felipe le abre) ¿Qué le dijiste?
- Mira hijo, yo sé que siempre hemos sido felices los dos solitos con los abuelos. Yo le dije a José Ignacio que tú ya eres grande y que si no quieres conocerlo, yo no te voy a forzar. Tu ya tienes el criterio suficiente para tomar algunas decisiones. No te voy a obligar, ¿bueno?
- Bueno.
- Ya, ahora dame un beso.




Pero la curiosidad mató al gato. Me bajé en la estación Escuela Militar del metro, en Apoquindo con Américo Vespucio. Tomé una micro que se fue por avenida Kennedy y llegué al Tavelli del Parque Arauco después del colegio. 


José Ignacio estaba sentado leyendo el diario, tomando un Capuccino. Me pareció que es el típico cuico de club de golf, me cayó mal hasta de presencia. “Amparo, como pudiste caer tan bajo”, pensé antes de atreverme a hablarle. Me paré frente a él, mientras levantaba la vista del diario para verme de pies a cabeza.




- Siéntate. (Felipe se sienta) ¿Quieres comer algo?
- No gracias, no tengo hambre.
- Podrías cortarte el pelo, ya te está tapando los ojos, te está creciendo la barba y ¿cuál es la manía de usar la camisa afuera del pantalón?
- (enojado) ¿VINISTE A CONOCERME O A CRITICARME?
- No tienes por qué hablarme así, como sea aún soy tu padre
(ambos permanecen en silencio).
- ¿mi padre?, ¿MI PADRE? JA! PERDÓNAME QUE ME RÍA... (José Ignacio lo mira en silencio).
10 minutos después...

- ¿En qué lugar tengo la cicatriz que me hice cuando me caí en bicicleta?, ¿Cuál es mi equipo de fútbol, mi grupo favorito, cómo se llama mi profesor jefe?
- ...

-¿Cómo se llama la niña que me gusta?, ¿en cual colegio estudia?, ¿me pesca o le gusta otro?
- ...
- Se supone que un padre sabe todas esas cosas de su hijo y resulta que tú no tienes ni puta idea...
- Mira, Felipe, yo sé que cometí un gran error y por lo mismo quiero ser honesto contigo...
- Mínimo.
- Yo pasé muchos años preguntándome como serías, que cosas te gustan, si te parecerías en algo a mi... Entiendo que seas agresivo conmigo, nunca estuve al lado tuyo... 


No sé si se puede recuperar el tiempo perdido, porque ya no podemos volver a tu infancia y acompañarte en tu primer día de clases, o estar ahí cuando se te cayó tu primer diente. Pero quiero conocerte, y que tú me conozcas a mi.

- Suena bonito... soñar es bien bonito... y gratis weón.
- Qué me dices...

- Ándate a la mierda, viejo conchetumadre. (Toma sus cosas y se va, José Ignacio le toma el hombro).
- Yo entiendo que tengas rabia conmigo, lo tengo más que merecido. Lo que hice no tiene perdón ni excusa.
- Puta, mira... Está bien, pero tienes que aceptarme como soy.
- ¿Ah, sí?, ¿Cómo eres?
- Estoy en tercero medio, me gusta el punk y la música "comunacha" los fines de semana trabajo y milito en el partido comunista. ¿Algún problema con eso?
- (Tose) Mira, yo pienso que deberías dedicarte solamente a estudiar. Te voy a dar un cheque todos los meses para que cubras tus gastos y te dediques solamente a los cuadernos, además eres muy chico para andar metido en política, eres un mocoso, qué puedes saber tú de política... (Mientras escribe un cheque y se lo pasa a Felipe).


- Mira lo que hago con tu plata mugrosa... (se levanta, rompe el documento y le lanza los pedazos en la cabeza a José Ignacio). Métete tus millones por la raja. ¿Ves que no eres capaz de aceptarme sin condiciones? (Se va, mientras José Ignacio queda sentado, solo).