Influencias

sábado, 10 de marzo de 2007

FELIPE (CAST NO SHADOW - OASIS.MP3)


No lo pensé dos veces. En cuanto Amparo salió de la comisaría me tocó bloquear todos mis documentos y aproveché de preguntar por su dirección y  su teléfono. 

El guardia me miró extrañado y le expliqué mi posible parentesco con este niño. "Si lo hubiese criado yo, este cabrito no andaría metido en leseras" fue  el pensamiento que ocupó mi mente todo el camino por la costanera norte.


***
Los fines de semana trabajo en el empaque de un supermercado, me gusta tener mi plata y así no molesto tanto a la Amparo. Ese domingo, cuando llegué en la tarde ella estaba sentada en el sillón y su cara no era precisamente la que pone cuando imita a la Rafaella Carrá.




- Mi amorcito, vaya al almacén de la esquina a comprar pan, por favor.
- Pero mamá, déjame descansar un rato, no tienes ninguna consideración con este obrero que llega cansado de su trabajo y después te llenas la boca hablando de la revolución del proletariado…(Me mira, respira profundo y suspira).
- Bueno hijito, ya que lo pone en esos términos, aproveche y me trae un a cajetilla de cigarros. Acuérdese: Belmont Light de veinte.
- Pero…
- Vaya, mi chanchito lindo y déjese de llorar, si con tu abuela también trabajamos todo el día en la casa (le da un beso y lo abraza).
- Ay, Amparo, me estai ahogando…¿qué te pasa?
- Nada, ¿que me va a pasar?

- No te creo. Tú sólo fumas cuando estás muy preocupada y nerviosa por  algo. Ya po, cuenta... Qué pasó.
- José Ignacio me llamó por teléfono.
- Y José Ignacio es...
- Tu papá llamó por teléfono. Ese día que te fui a buscar a la comisaría él estaba ahí, me vio contigo y nos reconoció. Me dijo que te quiere conocer.
- El hecho de que te haya embarazado no implica necesariamente que sea mi papá, y no estoy ni ahí con conocer a weones... 


(Felipe va a su habitación y se encierra dando un portazo, pone un disco de los Clash a todo volumen. Amparo llama a la puerta).


- Feli, ábreme o echo la puerta abajo… (Felipe le abre) ¿Qué le dijiste?
- Mira hijo, yo sé que siempre hemos sido felices los dos solitos con los abuelos. Yo le dije a José Ignacio que tú ya eres grande y que si no quieres conocerlo, yo no te voy a forzar. Tu ya tienes el criterio suficiente para tomar algunas decisiones. No te voy a obligar, ¿bueno?
- Bueno.
- Ya, ahora dame un beso.




Pero la curiosidad mató al gato. Me bajé en la estación Escuela Militar del metro, en Apoquindo con Américo Vespucio. Tomé una micro que se fue por avenida Kennedy y llegué al Tavelli del Parque Arauco después del colegio. 


José Ignacio estaba sentado leyendo el diario, tomando un Capuccino. Me pareció que es el típico cuico de club de golf, me cayó mal hasta de presencia. “Amparo, como pudiste caer tan bajo”, pensé antes de atreverme a hablarle. Me paré frente a él, mientras levantaba la vista del diario para verme de pies a cabeza.




- Siéntate. (Felipe se sienta) ¿Quieres comer algo?
- No gracias, no tengo hambre.
- Podrías cortarte el pelo, ya te está tapando los ojos, te está creciendo la barba y ¿cuál es la manía de usar la camisa afuera del pantalón?
- (enojado) ¿VINISTE A CONOCERME O A CRITICARME?
- No tienes por qué hablarme así, como sea aún soy tu padre
(ambos permanecen en silencio).
- ¿mi padre?, ¿MI PADRE? JA! PERDÓNAME QUE ME RÍA... (José Ignacio lo mira en silencio).
10 minutos después...

- ¿En qué lugar tengo la cicatriz que me hice cuando me caí en bicicleta?, ¿Cuál es mi equipo de fútbol, mi grupo favorito, cómo se llama mi profesor jefe?
- ...

-¿Cómo se llama la niña que me gusta?, ¿en cual colegio estudia?, ¿me pesca o le gusta otro?
- ...
- Se supone que un padre sabe todas esas cosas de su hijo y resulta que tú no tienes ni puta idea...
- Mira, Felipe, yo sé que cometí un gran error y por lo mismo quiero ser honesto contigo...
- Mínimo.
- Yo pasé muchos años preguntándome como serías, que cosas te gustan, si te parecerías en algo a mi... Entiendo que seas agresivo conmigo, nunca estuve al lado tuyo... 


No sé si se puede recuperar el tiempo perdido, porque ya no podemos volver a tu infancia y acompañarte en tu primer día de clases, o estar ahí cuando se te cayó tu primer diente. Pero quiero conocerte, y que tú me conozcas a mi.

- Suena bonito... soñar es bien bonito... y gratis weón.
- Qué me dices...

- Ándate a la mierda, viejo conchetumadre. (Toma sus cosas y se va, José Ignacio le toma el hombro).
- Yo entiendo que tengas rabia conmigo, lo tengo más que merecido. Lo que hice no tiene perdón ni excusa.
- Puta, mira... Está bien, pero tienes que aceptarme como soy.
- ¿Ah, sí?, ¿Cómo eres?
- Estoy en tercero medio, me gusta el punk y la música "comunacha" los fines de semana trabajo y milito en el partido comunista. ¿Algún problema con eso?
- (Tose) Mira, yo pienso que deberías dedicarte solamente a estudiar. Te voy a dar un cheque todos los meses para que cubras tus gastos y te dediques solamente a los cuadernos, además eres muy chico para andar metido en política, eres un mocoso, qué puedes saber tú de política... (Mientras escribe un cheque y se lo pasa a Felipe).


- Mira lo que hago con tu plata mugrosa... (se levanta, rompe el documento y le lanza los pedazos en la cabeza a José Ignacio). Métete tus millones por la raja. ¿Ves que no eres capaz de aceptarme sin condiciones? (Se va, mientras José Ignacio queda sentado, solo).

6 comentarios:

  1. NO es mala la actitud del pendex !!al final el viejo de Mier...........aparecio a ultima hora..Genral despues de la batalla..el niño deberia haber aceptado el cheque hacerse el loco juntar plata y cagar la viejo.
    buen cuento.
    saludos,
    hermosa la foto de tu perfil ja,ja

    ResponderBorrar
  2. Creo que Felipe debio hacerse el tonto y no pescarlo para que tanta mala sangre. Y concuerdo que le aceptaría el cheque para puro guardarlo y no usarlo, pero le dejaría la responsabilidad al caballero de la preocupación que debe tener ahora.

    salu2

    ResponderBorrar
  3. pienso que estuvo bien felipe, porque le dio a demostrar al viejo que no se iba a vender por un monto de un cheque porque si el lo habria aceptado le habria dao la pauta al viejo para que lo modificara a la pinta del weon, buen cuento
    besitos

    ResponderBorrar
  4. Anónimo09:21

    Felipe es medio María Joakina a veces , jajajajja

    ResponderBorrar
  5. Anónimo20:43

    A pesar de que fue desubicado lo del cheque, tiene razón el tipo ese en que Felipe hace demasiadas cosas.

    Saludos!

    ResponderBorrar
  6. Mmmmm...yo creo que a un padre ausente ni siquiera debe gozar del derecho de ver a su hijo.
    Que se revuelque en la incertidumbre de saber cómo fue el producto de su irresponsabilidad
    :P

    ResponderBorrar

Su comentario es mi sueldo.