Influencias

domingo, 1 de abril de 2007

LA ÚLTIMA CARRERA (NURSERY RHYME - UNKLE.MP3)


Texto escrito en tercero medio, para una tarea de Electivo Humanista.

La carretera estaba oscura y casi vacía. Era lunes. Como siempre, Paula salió en busca de nuevos aires, tratando de encontrar fragmentos de lo que alguna vez quizo más. Pero esta vez era distinto, hasta encender el motor de la camioneta tenía un significado.

Desde que terminó su historia con Gabriel, se convirtió en una persona que no le temía a nada, ni siquiera a la muerte. Empezó a correr en las carreras clandestinas, mientras más peligroso era el lugar, mayor era también la adrenalina.

Sin embargo, esta vez no competía con otros autos, sino contra el reloj. Venía viajando desde Temuco hacia Santiago, con el objeto de impedir que Gabriel tomara ese avión a Canadá. En la radio de la Toyota Hilux sonaba a todo volumen el Psyence Fiction de UNKLE. Tenía que llegar antes de las 5:30 de la mañana al aeropuerto, se repetía a sí misma que ya había perdido a Gabriel dos veces, no iba a permitir una tercera, aunque eso significara forzar el motor, frenar no estaba entre sus opciones. La acompañaba una botella grande de Coca Cola con café, de la cuál bebía como si no hubiese probado una gota de agua en meses.

Algunos dicen que la infancia se termina cuando se pierde la inocencia. En realidad se pierde en el momento de la primera gran desilusión. Todas las intenciones de ser una buena persona se esfuman cuando nos damos cuenta que no vale la pena y de a poco nos vamos corrompiendo, perdemos la poca esperanza; cuando perdemos la esperanza en el futuro y en las otras personas, en ese minuto somos personas adultas.
Gabriel realizó los trámites de rigor en Interpol. Después de un rato subió al avión, se sentó al lado de la ventana y se quedó dormido. Soñó con un día nublado, después de una lluvia. Caminaba por una calle cuando apareció Paula a su lado. Ella le decía que no lo odiaba, sino que las cosas no terminaron de la forma correcta. Luego desapareció.
El vuelo partía a las 5:30 de la madrugada. Eran las 4:50 y Paula recién iba en Buin. Presionó el acelerador, el tablero muestra como la aguja pasa de marcar 100 km/h a 160. Adelanta a un auto, luego un bus, ahora un camión en curva. Pero su velocidad era tan alta, que se estrelló contra los muros del paso nivel. Cuando llegó la ambulancia, Paula ya había muerto en su ley: corriendo. la mayor parte de sus huesos estaban quebrados y no había nada que hacer.
Ya comenzaba a salir el sol cuando carabineros desviaban el tránsito y las grúas de la autopista sacaban los últimos resquicios del accidente en el que una joven murió por amor; mientras que Gabriel se fue a Canadá y nunca se enteró.

7 comentarios:

  1. Bastante sombrio el cuento para escribirlo a las 17 años te diré...pero la verdad, está bastante bueno.-

    Cuídate.-

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  2. aveces por eso me niego a crecer ...siempre es un placer leere tus historias,
    saludos

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  3. Anónimo11:33

    Por lo menos murió en su ley, ¿no?

    Saludos!

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  4. Encantado de leerte, perdona la ausencia.
    Espero que tu vida no tenga mucho que ver con lo que escribes.

    Saludos

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  5. Tragica y triste la historia.igual esta rebuena.si la escrbiste a los 17 años aprox. igual no ha pasado mucho tiempo.eres una lola aun...

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  6. k fuerte
    plop!
    igual murio en su ley..algo es algo
    pero no se...
    me toko

    saludos

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  7. vaya, sí que esa era una carretera pérdida... haciendo la alusión algo forzada a la película de David Lynch.

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