Influencias

martes, 8 de mayo de 2007

EL PASADO TE CONDENA (PROVERBIOS - JAVIERA Y LOS IMPOSIBLES.MP3)


O las "Polas" de mi vida...

No se qué tendrá él. Pero, me gusta verlo contento, su pasión por las cosas que hace, su intensidad.

No nos conocemos mucho, pero a veces pienso que en algunos aspectos es todo lo contrario a mi. Partiendo porque él ve el vaso lleno y yo lo miro de la mitad tirando pa' vacío. Él es sensible y yo me hago la dura hasta que reviento.

Lo único malo es que me hace demasiadas preguntas y eso me incomoda, porque desde los 16 hasta los 20 años mi vida no ha sido muy feliz que digamos y el pasado es algo que prefiero olvidar. Tanto que desde esa edad tomo vitaminas, antidepresivos y relajantes musculares, mi "cóctel matutino".



Sin embargo, él insiste en preguntarme por mis relaciones anteriores. A veces siento ganas de decir "¿sabes? no quiero tocar ese tema, para mí el pasado está muerto y enterrado". No obstante, también quiero que me conozca todo lo posible y para eso debo dejar que me pregunte, no hay nada que ocultar.

Una amiga mía me dijo "negra, tira pa adelante, porque pa atrás no cunde". Y tiene toda la razón; aunque me tomó años ponerlo en práctica. Yo acepto que mi pasado es un poco incómodo y doloroso, pero quiero ser feliz.

En estos años he tenido tres pololos y uno por ahí que andaba puro calentando la sopa. De estos personajes, sólo dos han sido importantes: A uno lo quiero lejos de mi vida por traidor, manipulador y chueco; y con el otro el sentimiento de rechazo es mutuo. Además, nunca fue capaz de decirme las cosas en la cara, ni siquiera para mandarme a la cresta. La última vez que lo vi, ni siquiera fue capaz de mirarme a los ojos. No los quiero cerca bajo ninguna circunstancia.

Me gusta pensar que mi pasado es una pesadilla de la que recién vengo despertando y que estos dos ¿hombres? pertenecen a ese mal sueño, que posiblemente nunca existieron. De cualquier forma, ambos personajes comparten el mismo nombre: Pola (ver Paréntesis).

domingo, 6 de mayo de 2007

COMME UNE FILLE (COMO UNA NIÑA) - HOLDEN


"je veux juste jouer avec toi de la tête aux pieds, comme une fille..."

Ángela usaba el mismo vestido de novia con el que dejó Santiago dias atrás. No obstante, la fiesta en la casa de Matías estaba aburrida y las noches de Valparaíso son heladas. Mientras Javiera trataba de engrupirse alguna "presa", ella se consiguió un cigarro y salió a fumar al patio. Se sentó en una banca, la cual tenia un solo ocupante que parecía estar mirando las estrellas.

- Disculpa, tení fuego?
- No fumo. - Él se percata de que Ángela está temblando de frío- Uy te vas a enfermar, te paso mi chaqueta... Me llamo Julián, soy compañero del Mati.
- Gracias. Yo me llamo Ángela, me hice amiga del Mati chateando.
- Ahhh que wena... Igual me da lata conocerte así.
- ¿Cómo?
- Con ese vestido… se supone que el novio no debe ver a la novia hasta el día del casamiento. – Ambos se sonrojan - . Disculpa, no debí decir eso, apenas te conozco.
- No, no te preocupes. Además, no soy supersticiosa.
- Yo sí. Al parecer no te casaste, ¿que pasó?
- En el altar me di cuenta de que no estoy lista para casarme con alguien que no amo, salí corriendo de la iglesia y me vine donde el Mati. Tuve suerte, justo hoy día hizo carrete.
- Fuerte igual.
- Demás.
- Yo terminé hace como seis meses con mi polola.
- ¿Qué pasó?
- Me di cuenta de que ella no era lo que yo pensaba, nunca se la jugó por mí.
- Mmm…
- ¿Te puedo hacer una pregunta? Es que igual es súper personal
- Dale.
- ¿Qué buscai en una pareja?
- No sé, nunca me lo he cuestionado mucho. Fidelidad, supongo, ¿no será mucho pedir?
- ¿Por qué?, yo espero lo mismo.
- Porque a mi de chica siempre me enseñaron que todos los hombres son unos gorreros y que no les importa pegarte los bichos que se agarran con otras mujeres, siempre andan mirando para el lado y que absolutamente todos son iguales. Entonces me pregunto si es mucho pedir que un hombre sea fiel o bien las mujeres de mi entorno no somos dignas de ser suficientemente amadas. Me pregunto si es como pedirle peras al olmo…
- ¿De verdad no conoces a ninguno que sea fiel, ni siquiera tu papá?
- Jajaja, mi papá no sabe ni donde deja el culo…
- ¿Muy mujeriego?
- No, alcohólico.
- Ahhh, pucha que lata…
- Bueno, lo positivo de salir corriendo de la iglesia es que le quité la posibilidad de emborracharse en la fiesta, armar escándalo y dejarme en vergüenza delante de mis suegros y de los invitados…
- Yo no se nada del mío. Cuando mi vieja le contó que me estaba esperando, desapareció. Nunca le he visto la cara, ni cuando lo demandé por pensión alimenticia.
- Que mal… Bueno, al menos no tienes que aguantar que grite y quiebre toda la loza cuando se cura, ni tampoco lo tienes que amenazar con irte de la casa si no corta su webeo…
- Demá, todo tiene su lado positivo. Yo me pregunto si será mucho pedirle a una mina que sea fiel.
- Ahhh, te tocó la otra cara de la moneda.
- Sip. Estamos igual parece, andamos buscando lo mismo… - ella sonrió y ambos quedan en silencio un par de minutos –.
- Te gustan las estrellas parece…
- Me encantan. Mira, esa de allá es la constelación de Orión, las Tres Marías son el cinturón – dijo Julián, apuntando al cielo - .

Mientras Ángela trataba de encontrar las Tres Marías, Javiera salió corriendo de la casa y la tomó del brazo. Adentro se escuchó como se quiebra una botella y unos gritos. Ambas suben al escarabajo rojo y se van. Julián sale detrás de ellas, pero es tarde.

- ¡ESPERA!
- Ya no te escuchó – le dijo Matías, dándole unas palmaditas en el hombro -.
- Que soy weón, no le pedí el teléfono… Me gustó mucho esa niña.
- Bueno, ¿y tu no estabai tan cagao por culpa de la Francisca?
- Esa wea fue hace tiempo. Oye, ¿no tení como ubicar a la Ángela? Me gustaría conocerla.
- Ella aparece y desaparece como un fantasma. Nadie tiene su teléfono, nadie sabe donde vive… sé que es de Santiago y que es buena onda no más. La conocí por chat, pero nunca he tenido nada con ella y nunca hemos tenido esas intenciones tampoco, ni de su parte ni de la mía. Mira, Julián, ten por seguro que si te interesa se van a encontrar, va a encontrar la forma de llegar a ti. Ella es así, nada que hacer, compañero. Ármate de paciencia, es el único consejo que te doy, porque a la Ánge le gusta el misterio.

martes, 1 de mayo de 2007

ELISA (ALACRÁN/JAVIERA Y LOS IMPOSIBLES.MP3)



Bruno y Anita llevaban más de tres años de relación. Por tanto no fue sorpresa para Elisa, la madre de este, cuando anunciaron su casamiento. Ella era una mujer de mucho dinero, sin embargo, nunca olvidó que provenía de una familia de clase media baja. Poseía propiedades y automóviles, pero era una persona sencilla. "Además, es vulgar y de nuevo rico eso de fijarse en lo que tienen los demás", según sus propias palabras.

No tomaba muy en serio las relaciones de sus dos hijos, Bruno de 29 y Magdalena de 26, por lo tanto, nunca reparó en el origen de su futura nuera. Pasaron los meses y faltaba poco para el gran día. Elisa le pidió a su hijo que invitara a almorzar a los padres de la novia, para conocer a quienes serían sus parientes políticos.

Cual no sería su sorpresa al abrir la puerta y encontrarse con Carlos, su primer amor. Una mezcla de rabia y vértigo recorrió su cuerpo envuelto en un traje de seda, preparado especialmente para la ocasión, y junto a él, la misma mujer por la que la habían dejado cuarenta años atrás.

- Señora Elisa, estos son mis padres.
- Un gusto, afirmó la aludida dando la mano, pero estableciendo distancia.
- ¿Quién iba a pensar que este mundo es tan re chico? dijo Carlos con una sonrisa maliciosa.
- Sí, demasiado pequeño para mi gusto...
- Mamá, ¿te sientes bien?
- Sí, mi amor. No te preocupes. Atienda a los invitados, yo necesito ir a tomar un poco de aire. ¿Rosita?
- Dígame, señora.
- Ayude a Bruno a atender a las visitas, mientras yo salgo un momento. Bueno, quedan ustedes en su casa. Afirma ella con una gran sonrisa y sale de la habitación.
- Disculpen, mi madre generalmente no es así, de verdad no se que le pasa.
- No te preocupes, Bruno, nosotros estaremos bien. Además tenemos que hablar con nuestra hija.
- ¿Qué pasa, mamá?
- Bueno mi vida, lo mejor es que yo vaya a ver a mi mamá. Le dijo Bruno a su novia, mientras soltaba su mano.

Subió la escalera caracol y se dirigió al cuarto de Elisa, golpeó la puerta pero nadie contestó, así que entró sin el consentimiento de su dueña, quien estaba recostada sobre la cama y bebiendo un vaso de agua.

- Mamá, ¿Por qué le hiciste ese desaire a mis suegros?
- Ay Brunito, me dio un poco de vértigo, eso es todo. No tengo nada en contra de Anita. Bajo altiro...
Suena un golpe en la puerta.
- Disculpe, señora Elisa, me gustaría conversar con usted a solas, si no es mucha la patudez... - Elisa mira a su hijo, el cual comprende la indirecta y sale de la habitación - Conozco la historia, sé que mi padre la engañó y la utilizó; me imagino que como piensa que mi padre no es una buena persona a lo mejor no me considera digna de casarme con Bruno.
- ¿Él te contó?
- No. Me enteré por Claudia, prima suya y mía. También sé que mi madre trató de hacerle la vida imposible.
- Sí, lo recuerdo perfectamente.
- No sé que decirle... lo siento.
- No te preocupes, yo sé lo que tengo que hacer. - Responde Elisa seria -.
Los tres bajan al living.
- Señora, la mesa está lista.
- Gracias, Rosita. Pasemos a la mesa, por favor.
Elisa se sienta en la cabecera y Magdalena en el otro extremo. Bruno y los invitados se sientan en los lugares restantes. Rosita sirve la comida, la cual parece sacada de un fino restaurant francés. El ambiente es silencioso y tenso. La matriarca bebe unos sorbos de vino antes de hacer un anuncio.
- Primero que todo, debo pedirles que disculpen la ausencia de mi marido quien se encuentra en un viaje de negocios. Bruno y Magdalenita me han llenado de satisfacciones como madre, no puedo estar más orgullosa de los dos - continuó - por tal motivo, quiero darte la bienvenida oficial a nuestra familia, Ana.
- ¡Brindo por eso!
- No tan rápido, Carlos, aún no termino. En esta mesa no es ningún misterio que los padres de la novia son viejos amigos de mi juventud. Y como conozco sus principios y sus valores, quiero dejarles bien claro que bajo mi techo no voy a tolerar secretos, artimañas ni intrigas.
Una brisa helada cruza toda la mesa.
- Mamá...
- Tranquilo, hijo. En nombre mío y de tu padre quiero hacerles entrega a ti y a tu novia de nuestro regalo de matrimonio. De un mueble contiguo, Elisa saca dos boletos de avión. Anita pone cara de sorpresa, se levanta y abraza a su suegra quien le sonríe.
- Gracias...
- Querida, no tienes nada que agradecer.
Ahora la conversación es más animada y todos comen y beben vino blanco. Anita se sienta y le muestra los pasajes a Carlos.
- A esta vieja le puedes sacar aún más plata, hija. Le responde este.
De pronto el comedor vuelve a quedar en silencio y todos escuchan el comentario.
- Carlos, debo pedirte a ti y a tu mujer que salgan inmediatamente de mi casa.