Influencias

miércoles, 13 de enero de 2010

[COSMIC DANCER - T REX.MP3]


I was dancing when I was twelve
I was dancing when I was aaah
I danced myself right out the womb
Is it strange to dance so soon
I danced myself right out the womb

A veces me resulta tan fácil dar vuelta la página. Beber hasta perder la noción del tiempo, reír con mis amigos, mientras bailo con una corbata en la cabeza.

A veces parece tan fácil creer que por fin olvido a alguien cuando estoy tirando con otra persona, puedo ser la mujer más fácil del planeta, pero ¿qué tiene eso de malo? Después de todo, creo que soy un ser humano lleno de amor y el amor es para compartirlo con quien quiera recibirlo.

Bailar hasta quedar extenuada, como si nada en el mundo importara: ni los trámites, ni las deudas, ni los plazos que quedan por cumplir, para después salir a las 4 de la mañana y ser parte de esa calle donde hay otros tanto o más solitarios y desolados que yo.

Sin embargo, todo eso es una ilusión. Después de la resaca y la corbata en la cabeza, después de tirarme a todos los hombres que encuentre por ahí, lo único que realmente queda es la sensación de soledad y de vacío. Las ganas de gritar y de llorar y todo lo que mencioné antes parece tan ridículo...

Era mucho más fácil cuando odiaba sin tapujos, cuando no me importaba el dolor infringido, si al fin y al cabo a mi me han hecho cosas mucho peores...

¿Pero cómo se da vuelta la página sin dejar espacio para que la rabia se convierta en rencor, en odio, en ganas de matar, o de morir? (después de un tiempo, la línea divisoria entre matar o morir es demasiado difusa).

¿Cómo se hace para seguir adelante sin sentir esta desesperanza y este cansancio?

¿Me recuesto en la hierba a pensar en las cosas que me hacen feliz, como escuchar a Kaki King o T. Rex, mientras mi papá maneja por la autopista?

¿Estoy condenada a ser un animal solitario que vaga sola por las calles de Santiago, en las noches después del carrete?

¿Para qué sirve tener un corazón, si jamás tendré la oportunidad de usarlo?

¿No sería mucho mejor si fuera una perra malvada que nada no le importa?

Lo importante no es ser fuerte, lo verdaderamente importante, en verdad es SENTIRSE fuerte, y eso es lo que me falla a veces.

Insisto, era mucho más fácil, cuando odiaba, cuando no trataba de cerrarle el paso al rencor.

¿Y por qué voy a sentir rencor?

La primera vez fue una tontera; la segunda, fue su culpa y la tercera fue MI culpa, porque yo lo permití, yo me lo busqué.

¿Esto es algo que se pasa con el tiempo, con una actitud positiva, con una combinación de ambas o escuchando miles de canciones que me recuerdan por qué me gusta caminar sola por la calle?

¿Se me pasará tomando una pastilla todas las noches para dormir sin pensar, otra para despertar y pasar todo el día sin pensar?

¿Todo este vacío saldrá de mi cuerpo si me abro las venas con una hoja de afeitar, dejándome el corazón limpio de una vez por todas para empezar otra vez de cero?

¿Cuantas veces tendré que morir para ser la persona que quiero ser?

¿A cuantos más tengo que enterrar en mi vida para ser feliz?

Sería mucho más fácil bailando con una corbata en la cabeza y un vaso de vino en la mano.

viernes, 8 de enero de 2010

[VIRTUAL INSANITY (LIVE IN VERONA) - JAMIROQUAI.MP3]



Vicente Salvador fue un niño algo enfermizo pero muy alegre. Lo crié para que fuera un niño cariñoso, que en el futuro fuera un hombre capaz de mostrar sus emociones. Desde chico me dice Maty.


- "Entre mamá, mami y Maty no hay mucha diferencia", dice él.


Sus primeros 8 años de vida los pasó con varias visitas al hospital, producto de un asma infantil. Ahora es un poco corpulento, a los 15 comenzó con un tratamiento por la diabetes que lo obliga a restringir sus comidas y controlar sus constantes caídas y subidas de peso. Aún así, cada vez que viene a la casa le tengo que preparar por lo menos un plato de cazuela de pollo con arroz y zapallo, como al Vicho le gusta.


Ahora que se lo pasa viajando se ha puesto más regalón... A pesar de que ya tiene 28 años. Desde niño mostró aptitudes para la música, por influencia de su abuelo empezó a tocar guitarra cuando tenía 7 años. Al principio su repertorio consistía en canciones que sacaba de la televisión o de la radio. Un par de años después encontró mi caja de cd's en la casa de mis padres, para él fue como encontrar el tesoro de unos piratas.


Con esa caja, Vicente descubrió el punk, el trip hop y sobre todo, el jazz. Desde entonces su objetivo ha sido estudiar música. Esa navidad, cuando tenía 11 años, tomó el bajo que le habían regalado a su amigo Daniel como la cosa más natural del mundo. Desde entonces dejó de lado la guitarra y la batería.


A mi no me pareció extraño, supongo que lo traía en los genes. Su padre biológico tocaba bajo. Le prometí que si terminaba cuarto medio con buenas notas le iba a pagar la carrera que él quería: Composición musical, mención interpretación, después partió a Inglaterra a especializarse como bajista de Jazz. Allá ha complementado sus estudios trabajando como "roadie" para Miles Davis, Nicola Conte y Pat Metheny, cargando equipos y montando escenarios.

Este año está cumpliendo uno de sus sueños de infancia y formó parte del staff de músicos de Jamiroquai, que no es estrictamente jazz, es más funk, pero aún así estaba feliz, porque tocó "Virtual Insanity", "Emergency on planet earth", "When you gonna learn?", "Funktion" y "Corner of the earth" en vivo frente a miles de personas en Bristol, Lisboa, Moscú y otras ciudades de Europa.

En una oportunidad, cuando hablamos por Skype con "Vichito", me dijo que si bien no gana mucho para todo lo que se ha preparado, viaja por todo el mundo y tiene la oportunidad de tocar con sus ídolos de infancia, y que eso no tiene precio. Pero lo que más lo impresionó, fue ver desde el escenario a todos los espectadores que estaban felices pasando un buen momento por lo que él y el resto de la banda estaban haciendo.


Yo nunca le conté detalles de la vida de su padre biológico, porque siempre he pensado que esa curiosidad tiene que salir de él y nunca me ha preguntado cosas que tengan respuestas escabrosas. Además, no tenía muchas cosas buenas que decir de él y no quise envenenar el corazoncito de Vicente con rencor o la idea de que fue un hijo rechazado o algo así. Al contrario, cuando estaba chiquitito siempre le dije que nuestra familia éramos nosotros dos y que yo lo traje al mundo para que los demás tuvieran la oportunidad de conocerlo.

Él sólo sabe que se llamaba Hernán y que está muerto. Una vez, antes de irse al extranjero, me pidió que le dijera donde está su tumba en el cementerio y la fue a ver, pero después me dijo que se sintió mal, que no tenía ningún sentido honrar la memoria de alguien que nunca conoció y que probablemente no lo habría querido. Además, se sentía tonto yendo hasta allá para ver y hablar con una lápida. Para él, Hernán es un extraño y no le interesa saber más del asunto.


Años después llegó Martín a nuestras vidas y con mi hijo se encariñaron mutuamente. Es el hombre que siempre ha estado con él y a quién Vicente adora y considera su padre. "Tengo suerte, porque yo a mi papá lo elegí, al resto de la gente le toca no más...", así de relajado es este cabro.

Al comienzo, tuve ciertas reticencias, en mi juventud siempre tuve muy mal ojo para escoger pareja y yo sólo quería criar a mi hijo tranquila, pero Martín con su generosidad y su capacidad de simplificar los problemas y alegrarnos el día, terminó por ganarnos.

Con Martín tuvimos otros dos hijos: Magdalena, de 20 y Bruno, de 17. El próximo mes Vicente estará con Jamiroquai en el festival de Jazz de Sao Paulo y vamos a viajar los cuatro a verlos. Los niños son los más entusiasmados, adoran a su hermano mayor y celebran todo lo que él hace. La última vez que estuvo en Chile, los llevó a Fantasilandia y se tomaron centenares de fotos que están por toda la casa.

Recuerdo que llegó un poco más gordo, porque se desordenó en la dieta, fue a control y el médico lo retó. Yo también lo reté, porque él ya es un hombre adulto y ya no corresponde que yo ande detrás suyo controlando todo lo que se echa a la boca, lo crié para que sea una persona independiente y no ande toda la vida agarrado de mi falda.

De todas formas nunca ha logrado ser flaco y no le importa mucho tampoco. "Guatita llena, corazón contento", esa es su filosofía de vida. Lo que sí tiene absolutamente prohibido es el trago, por la reacción que pueda tener con los medicamentos que toma y porque el alcohol aumenta el azúcar en la sangre. Por suerte mide más de 1.80 y es ancho de espalda, así que se ve maceteado pero no gordo. Cuando me abraza, me pesan los hombros, es como tener un oso encima, jajajaja.

También llegó con los brazos llenos de tatuajes y se veía genial, yo siempre he sido bastante liberal al respecto. Martín jamás me objetó que alentara tanto a Vicente en su "musicidad", es más, él mismo lo acompañó a matricularse cuando empezó a estudiar música.

Su apoyo a nuestros hijos siempre ha sido incondicional. La Magda estudia Astronomía, igual que Martín y Bruno quiere ser actor. A pesar de que no somos millonarios, siempre hemos ajustado el presupuesto para las clases de bajo, de ecuaciones diferenciales o para algún taller de teatro, no escatimamos en recursos cuando se trata de que desarrollen sus talentos.

Hace 25 años estaba sola con un hijo, jamás me imaginé que tendría la oportunidad de ser la madre de tres niños tan maravillosos, tan inteligentes y tan cariñosos. Son las personas más importantes de mi vida, con ellos me río y aprendo, son el sol en mi vida.