Influencias

miércoles, 18 de abril de 2007

MUJERES AL PIZARRÓN


  • Dos especialistas en ciencias sociales se refieren a la forma como se ha abordado la igualdad entre hombres y mujeres al interior de las aulas.

La guerra de los sexos llegó a la educación. Faltan menos de tres meses para que la historiadora Drew Gilpin Faust presida como la primera mujer a la cabeza de una de las universidades más prestigiosas del mundo. Este nombramiento es un antecedente para lo que puede suceder en Chile en los próximos años.

Abordando la situación de nuestro país en cuanto al acceso de la mujer a la enseñanza, el sociólogo Nino Bozzo, académico de la Universidad de Santiago, afirma que la movilidad social (o capacidad para pasar de un estrato a otro) para los hombres se ha dado por el matrimonio con mujeres de clase superior a la suya, así se formaron las aristocracias históricas del país. La mujer, en cambio, ha tenido movilidad en la medida que además de talento personal, también se someta a las claves sociales del grupo al cual pretende acceder.

Además, el profesor asevera que si bien la mujer ha tenido un mayor acceso a todos los niveles educacionales; en el mundo laboral y académico a las féminas les cuesta más sobresalir, porque en todo momento deben demostrar que poseen capacidades; y si tiene cierta belleza, también se ve obligada a luchar contra el supuesto cultural de que una mujer bonita es tonta.

Respecto a la posibilidad de educarse, señaló que está determinada por el sector socioeconómico al que pertenece la mujer, puesto que las capas sociales más altas siempre educan bien a sus hijas.

Una opinión más optimista tiene Javiera Carmona, Periodista y Magíster en Antropología de la Universidad de Chile. Ella asegura que en términos cuantitativos se estima una fuerte presencia femenina en la educación superior, sobre todo en algunas carreras.

La profesional también afirmó que "se ha podido confirmar que el desempeño de la mujer es superior al del hombre, desde esa perspectiva es razonable y una derivación lógica que una mujer sea rectora de una universidad como Harvard. Si esto pasara en Chile, sería la consecuencia natural del fenómeno de la participación masiva del género femenino en la educación superior".

Sin embargo, manifestó que existe una tensión en el espacio académico: la distribución de responsabilidades administrativas no corresponde con la realidad de las aulas, ni de las investigaciones. Al parecer, son dos áreas desvinculadas y que no están dialogando.

Las cifras

Gloria Bonder, coordinadora técnica del Programa Nacional de Igualdad de Oportunidades para la Mujer en el Área Educativa (organismo dependiente del Ministerio de Cultura y Educación de Argentina), el acceso de la mujer a la educación en América Latina ha aumentado, no obstante, la situación es diferente, dependiendo de cada país, en algunos como Guatemala, Bolivia y Perú aún persiste el analfabetismo.

Según documentos informativos del MEMCH (Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena), la matrícula femenina de enseñanza básica ha alcanzado un 49%, y un 51.4% en la educación media. Lo cual manifiesta que en las últimas décadas han disminuido las diferencias en el acceso a la educación entre hombres y mujeres.

Aún así, las alternativas de especialidad ofrecidas por los colegios técnicos están abocadas a acentuar las diferencias tradicionales asignadas a cada género: mientras a los niños se los orienta al área industrial o las ciencias, a las niñas se les ofrece cursos de manejo de alimentos, cuidado social y arte.

En la enseñanza básica, el sistema escolar ofrece un mayor estímulo a la actividad e iniciativa de los niños en comparación a las niñas, particularmente cuando se trata de deportes.

Por otro lado, algunas profesionales que participan en esta organización observan un tratamiento sexista del lenguaje utilizado en los textos escolares, además estos reafirman los roles tradicionales asignados a las mujeres.

Ese tradicionalismo estaría quedando atrás. A pesar de que en 1979, durante el gobierno militar, una norma impedía que adolescentes embarazadas asistieran a escuelas diurnas, sin embargo, en la actualidad ese decreto está derogado. No cabe duda que esta medida demuestra una disposición proveniente de los gobiernos de la Concertación para terminar con la discriminación sexual, pero aún falta llegar a la mitad del camino.

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