Influencias

viernes, 8 de junio de 2018

Perdida en el anonimato

Viernes 29 de julio de 2315
Moscú, Rusia
Hace exactamente una semana abandoné mi cargo de emperatriz mundial para cerrar el capítulo de un régimen corrupto y criminal impuesto por mi abuelo, continuado por mi padre y profundizado por Holger Van der Vogen.
Camino por el centro de la ciudad y descubro el mundo como una niña que nunca habia salido del palacio de cristal. Es cierto que desde mi escape del hospital he conocido bastante, pero es la primera vez que lo miro como si yo también perteneciera a él.
Veo a los transeuntes caminar apurados, me emociono con el color de las flores en los parques, me sorprendo con las luces de las tiendas y siento los olores que salen de los restaurantes.
En los muros de los edificios se repiten las mismas consignas en todos los idiomas conocidos, inglés, noruego, incluso en árabe: "Fuera Van der Verga", "Van der Verga, lameculos de Videla Ugarte", "Abajo el imperio del tirano Videla" o "Que se vaya Van der Verga"... 
También escucho los gritos de la gente en una sola canción:
"Y ya cayó, y ya cayó,
Var der Verga ya cayó..."
En todas las ciudades más importantes del globo, distintos colectivos culturales salidos de la clandestinidad y  algunas ONGs realizaron conciertos sincronizados durante una semana entera. Amnistía Internacional organizó el festival Tomorrowland para celebrar la libertad e instaló un escenario en medio de la Plaza Roja, frente al Kremlin. La música electrónica fue prohibida por el mismo Holger porque -según él- "eso no es música de verdad".
La gente comienza a llegar desde las calles aledañas, la musica comienza a sonar y admiro esa enorme masa de felicidad ambulante refugiada en mi anonimato. Me uno a ellos y dejo que la vibración de la melodia me atraviese la piel. De los parlantes salen los primeros acordes de una canción de un tal Ulrich Schnauss, y a mi alrededor la gente baila en camara lenta.
Una chica me toma la mano para que bailemos juntas. De pronto su mano se desliza por mi cuello para acercar mi boca a la suya y me besa. Me siento atrapada por la firmeza de su lengua y, al mismo tiempo, por la suavidad de sus caricias. Viene un chico y repito la escena. La chica sonríe y hay algo en su mirada que me conmueve y que me revuelve todas las entrañas.
Hago lo mismo, una y otra vez, sin importar si se trata de hombres o mujeres. Después de todo, el amor no tiene género. ¿Por qué privarse de recibir amor por un tema de genitalidad? ¿No dice la biblia que debemos amarnos los unos a los otros?
Por primera vez en mi vida puedo dejarme llevar sin pensar en las consecuencias ni en lo que va a decir el resto.
Mi corazón comienza a crecer dentro de mi, a tal punto que puedo sentirlo saliendo de mi cuerpo.
Holger ya no esta aqui para decirme que nadie me puede amar porque no lo merezco.
Ni mi padre para decirme que el amor no existe.
Ni Birjit para decirme a quien puedo amar y a quien no;
Ya nada me impide amar a un hombre o a una mujer.
Ahora puedo amar a Elven.

1 comentario:

Su comentario es mi sueldo.