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Todos los años es igual, no importa lo que haga para no sentirlo. Entre octubre y los últimos días de febrero no quiero levantarme de la cama. Mi panorama consiste en deformar mi cerebro frente a la caja maldita que este año estrena televisión digital, permitiendo ver Cinemax en inglés y español.
Salgo a la calle a compartir mi intimidad con 6 personas por metro cuadrado, pero en mi corazón y mi mente ese tren es sólo mío y no hay nadie a quien pedir auxilio. Soy yo contra el maldito freno de emergencia, el cual me siento tentada a accionar antes de llegar a mi inexorable destino, cargado de responsabilidades académicas que poco estimulan mi espíritu.
No debería quejarme, tengo todo para ser feliz y en el fondo, bien en el fondo lo soy. No obstante, desde que me acuerdo no puedo sentir otra cosa que soledad y desamparo desde que tengo memoria y uso de razón, siempre en esta época...
No quiero salir, no quiero ver a nadie, no quiero hablar. Por más que lo intento, las únicas personas autorizadas para acompañarme sólo son aquellas que pueden comprenderme: Tori (Amos), Polly (PJ Harvey) y Elliott (Smith). Aunque otros hagan un sincero y afectuoso intento, pero en vano.
¡¡¡NO ME PREGUNTES QUÉ ME PASA, PORQUE NO LO SÉ!!!
Pienso en que le tengo mucho cariño, desde siempre, aunque él no me crea. Sin embargo, somos tan distintos que si pasara algo, nos terminaríamos ahorcando entre nosotros. Lo quiero mucho, pero él no es lo que necesito. Nos haríamos daño mutuamente, o peor: nos terminaríamos ODIANDO. Lo quiero mucho, pero él no puede entenderme, ni siquiera hace un mínimo esfuerzo.
Por eso, si me ves encerrada en mi habitación, tocando fondo y desconectada del mundo.Si me encuentras pensando, no me invites al cine ni al estadio nacional a ver bandas que en realidad no me interesan.
Me basta con un abrazo fuerte, me basta con saber que honéstamente existe alguien en este mundo a quien de verdad le importo, aunque esa molesta voz en mi cabeza me diga todo el tiempo que NO-ES-CIER-TO, que nadie me puede querer a mi.
Si me encuentras aislada del resto, aún estando rodeada de gente; si mi sonrisa es más falsa de lo normal, cuando veas que las lágrimas se me asoman, pero yo no las dejo salir... Por favor, no te asustes ni me trates a priori como una "rara", enferma mental. No te pido que me comprendas, sólo que no me juzgues.
Y no olvides darme un beso, no para que me enamore de ti (porque sé que tú no te enamorarías de mi). Es sólo para no olvidar nunca lo que se siente.
Salgo a la calle a compartir mi intimidad con 6 personas por metro cuadrado, pero en mi corazón y mi mente ese tren es sólo mío y no hay nadie a quien pedir auxilio. Soy yo contra el maldito freno de emergencia, el cual me siento tentada a accionar antes de llegar a mi inexorable destino, cargado de responsabilidades académicas que poco estimulan mi espíritu.
No debería quejarme, tengo todo para ser feliz y en el fondo, bien en el fondo lo soy. No obstante, desde que me acuerdo no puedo sentir otra cosa que soledad y desamparo desde que tengo memoria y uso de razón, siempre en esta época...
No quiero salir, no quiero ver a nadie, no quiero hablar. Por más que lo intento, las únicas personas autorizadas para acompañarme sólo son aquellas que pueden comprenderme: Tori (Amos), Polly (PJ Harvey) y Elliott (Smith). Aunque otros hagan un sincero y afectuoso intento, pero en vano.
¡¡¡NO ME PREGUNTES QUÉ ME PASA, PORQUE NO LO SÉ!!!
Pienso en que le tengo mucho cariño, desde siempre, aunque él no me crea. Sin embargo, somos tan distintos que si pasara algo, nos terminaríamos ahorcando entre nosotros. Lo quiero mucho, pero él no es lo que necesito. Nos haríamos daño mutuamente, o peor: nos terminaríamos ODIANDO. Lo quiero mucho, pero él no puede entenderme, ni siquiera hace un mínimo esfuerzo.
Por eso, si me ves encerrada en mi habitación, tocando fondo y desconectada del mundo.Si me encuentras pensando, no me invites al cine ni al estadio nacional a ver bandas que en realidad no me interesan.
Me basta con un abrazo fuerte, me basta con saber que honéstamente existe alguien en este mundo a quien de verdad le importo, aunque esa molesta voz en mi cabeza me diga todo el tiempo que NO-ES-CIER-TO, que nadie me puede querer a mi.
Si me encuentras aislada del resto, aún estando rodeada de gente; si mi sonrisa es más falsa de lo normal, cuando veas que las lágrimas se me asoman, pero yo no las dejo salir... Por favor, no te asustes ni me trates a priori como una "rara", enferma mental. No te pido que me comprendas, sólo que no me juzgues.
Y no olvides darme un beso, no para que me enamore de ti (porque sé que tú no te enamorarías de mi). Es sólo para no olvidar nunca lo que se siente.