La psicóloga del Servicio Nacional de Menores se fijó en el detalle de que Esperanza puso dos tazas de juguete sobre la mesita.
¿Para quién es la otra taza?
Para el Nico.
¿Es amigo tuyo?
Él no puede ser mi amigo.
¿Por qué no?
El Nico está muerto.
El hecho de que este hogar de menores solicite una consulta con la especialista no se trata de un procedimiento de rutina. Nadie puede definir a ciencia cierta lo que sucede con esta niña de siete años que toma el té con niños muertos que asegura ver.
Esperanza llegó al que sería su hogar definitivo cuando estaba recién nacida. La adoptó una pareja de profesionales que llevaba diez años de tener hijos por la vía tradicional, pero ambos eran estériles. El llanto de la niña era tan desgarrador y desesperante que los padres tomaron la difícil decisión de devolverla al gobierno.
A partir de ese momento, Esperanza fue pasando por las manos de diferentes madres temporales que deseaban hacerse cargo de una pequeñita tan adorable, pero siempre era devuelta a las autoridades, porque no logró acostumbrarse a ninguna casa.
Cuando tenía tres años los encargados del hogar de menores notaron que Esperanza no era una niña común. En primer lugar, no mostraba la conducta violenta propia de los niños que pasan de casa en casa con madres temporales. Su carácter era más bien sereno, y más reflexivo que retraído. Como ya sabía hablar, no necesitaba llorar todas las noches como si se fuera a acabar el mundo.
Debes hacerme caso, ahora yo soy tu mamá, dijo la mujer.
Pásame tu mano. Respondió la niña, sosteniéndole la mirada con firmeza.
La mujer optó por hacerle caso, extrañada. Esperanza le tomó ambas manos y cerró los ojos. Cuando los abrió su sentencia fue absoluta:
Tú no eres mi mamá.
Este era uno de los episodios aislados por los cuales la directora del hogar decidió llamar a la psicóloga. Su última preocupación surge de observar los juegos de Esperanza, quien al parecer tiene un ejército de amigos imaginarios. Pero según la experta, no se trata de este tipo de fantasías tan recurrentes en los niños. Tampoco encontró atisbos de problemas mentales como alucinaciones o paranoias. La conclusión de su informe es que no tiene una explicación lógica para diagnosticar el problema de Esperanza.
Wn, este es el tipo de historias qe me acen amarte mas...
ResponderBorrarNunca dejare de decir qe eri mi guru xD teamo prima hermosa :)
y se llama esperanza... que paradoja y que historia tan terriblemente comun y verídica...
ResponderBorrarsaludos
Ven a recoger tu Premio!!!
ResponderBorrarq buena historia....
ResponderBorrarsabes paso pocas veces por aqui...pero siempre me quedo pegada... escribes bien......... y me siento tan interesada e identificada con lo q escribes.
Esperanza, al menos ella se tiene a si misma y sabe en el fondo con quien tiene y con quien no tiene que estar, y mientras tanto vive un presente no muy agradable para los ojos de los otros.
ResponderBorrarMuy buena la historia,
Saludos
Que loca la historia, lamentblemente tiene el peor síndrome de todos...ser diferente, recuerda que eso está vetado en esta sociedad.
ResponderBorrarTama de la vida...cada día escribes de forma más cautivadora.
ResponderBorrarMe encantó...qué quieres que te diga.
De hecho, me hizo cuestionar el hecho de que esté estudiando Psicología...
En fin
Un abrazo de oso!!
Pipe
felices fiestas de fin de año
ResponderBorrarbesos